sábado, 9 de julio de 2011

~ Injusticia ~

Inesperadamente descubrió Félix Román, alicantino, 37 años, soltero, el verdadero sentido de la obra del pintor estadounidense Jackson Pollock. Le sobrevino la revelación mientras daba con el cepillo la última pasada a la melena rubia antes de recogérsela con una gomilla. Algunos pelos se le quedaron en la mano derecha, retorciéndose en una especie de baile. No eran líneas caprichosas, formas accidentales ni metáforas poco creíbles de una muy trillada angustia interior lo que representaban esos cuadros. Se trataba de un detallado manual de peluquería deliciosamente encriptado; unas instrucciones precisas para lograr el peinado perfecto, único, trascendente. En ese momento Félix Román se entristeció al pensar que el inigualable talento de Jackson Pollock estaba destinado a pasar desapercibido como uno de los más grandes nombres del arte contemporáneo.

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