viernes, 28 de octubre de 2011

~ Lapsus Linguae ~

Querida academia:

les informo para escribirles de los cometidos que erraron al diccionar la última revisión de su escrito, que yo mismo tendé en una compra. ¡Está todo hombro por manga! Después de contener su repasado uno concluye a la llegada de que las dispersas se letran ante la propia ojada de los miros. Resulta menos cuanto caótico paginar por las návegas en defina de una búsqueda. ¡Busco antes acabando en una letra de sopas!

A error de su consecuencia, y bajo la copia humana del precepto, mi confusión lingüística se halla competente. Arreglo que sepan errar su espero, y coherer a mi habla su devolvencia, en su edición siguiente (la cuál tardo en que no confíe miedo por demasía a que sea entonces para irreversible).

Un comprador de su saludo,

Spooner Reverendo.

viernes, 21 de octubre de 2011

~ Tres teorías disparatadas sobre el origen de la sopa de letras ~

1) Para facilitar a sus alumnos el aprendizaje de nuevas palabras un profesor de lengua y literatura ideó un diccionario efervescente. Bastaba con arrancar la página requerida, empujarla al fondo de un vaso, verter agua y esperar unos segundos. Las definiciones se desprendían del papel letra a letra, mezclándose unas con otras, burbujeando y disolviéndose hasta quedar en un caldo gris de conocimiento puro. La necesidad de tomarlo caliente para disfrazar su mal sabor dio origen a la receta actual.

2) La sopa de letras no es más que la simplificación comestible de un peculiar procedimiento burocrático, que comenzó como una broma entre un grupo de oficinistas del servicio postal a la hora del desayuno. Funcionaba así: una mano inocente sacaba de un sombrero, al azar, con la ayuda de una cuchara, un papelito de un total de veintisiete, marcados cada uno de ellos con una mayúscula del abecedario. Todas las cartas a entregar durante la jornada en cuyo sobre se leyera un apellido que comenzase por la letra extraída en el sorteo eran devueltas, sin más explicaciones, a sus remitentes. En Navidad, a causa del volumen de trabajo, solían sacarse dos y hasta tres papelitos.

3) Un logopeda observó una extraordinaria conducta en los patos de un estanque. Advirtió que el graznido de los ejemplares adultos variaba notablemente, tanto en timbre como en intensidad, en función de la comida que recibían de los transeúntes. Con el tiempo pudo comprobar que también existían diferencias entre graznidos según la forma y la textura de un mismo alimento. Resolvió que, siendo constante y paciente, llegaría a enseñar el idioma a un pato si le ofrecía, primero, pequeñas letras moldeadas en miga de pan, y más adelante palabras, frases enteras, fundamentos gramáticos básicos y normas de ortografía. Consiguió dos cosas. Que el ayuntamiento, ante las quejas de los vecinos, se viese obligado a trasladar a las aves debido a la permanente escandalera, y que el estanque, ya casi seco, quedara convertido en una caótica enciclopedia de gachas.

~ ¡Menú! [Semana 8] ~

Todos de niños hemos comido esta sopa y jugado con ella ¿Os creéis capaces de fabricar un menú donde la sopa no sea para niños y las letras cambien? Pues... ¡Adelante!

miércoles, 19 de octubre de 2011

~ Destino inesperado ~

Un coloso de carne dormita sobre las sábanas, rodeado de licores y vinos. A su lado yacen concubinas cornudas, esperando una señal para abalanzarse de nuevo sobre él sumidas por su frenesí carnal. Mientras, por las ventanas entra el hedor que desprende la criatura mortal, perdida en una pesadilla de paredes sin fin. Su llanto reclama el sentido de los marcados, anegado entre lágrimas que reclaman una muerte fugaz.

El astado, con paso tranquilo y ligero bastón, se acerca hacia las gloriosas ventanas. Una espléndida noche le cae encima al reo del laberinto. Se deleita el demonio con el sufrir de su preso, mientras el otro se envuelve en un manto de penas.

-¿En qué momento –pronuncia con voz de tormenta el amo del laberinto- creíste que tu raza me podría enjaular? Sufre ahora la pena que para mí guardabas. Pierde tu vida en los entresijos de este nudo de caminos.

Y mientras este soliloquio glorioso tiene lugar, en otras partes del reino los marcados dominan a la raza vecina. Grande fue el error que se tuvo al cometer la afrenta que desencadenó la creación del primer minotauro.

sábado, 15 de octubre de 2011

~ 4´95 ~

Un pie delante del otro, y un movimiento de cadera compensan la fina aguja de sus tacones, con las que pincha el último vinilo del día. La música suena
mientras que camina por calles llenas de productos en oferta con la mirada perdida, en busca del Minotauro. Suspira, y las personas que se la cruzan la evitan, como mujer maldita hace generaciones por escoria de una sociedad ahora feminista; solo por llevar medias de rejilla.

Se muerde el labio inferior, mientras aprieta los muslos empujando del carro con desdén y rabia contenida... "todos los domingos lo mismo" El hilo musical le taladra los oídos, pero no lo suficiente como para dejar de escuchar un motor encendido justo en la puerta del supermercado; el carro sigue vacío.

Demasiado orgullosa para preguntar por el producto, demasiado perdida para encontrar la salida. Todo, absolutamente todo por un único cartón de leche. El mismo que le obsesiona y le place beber todos los domingos antes de dormir.

Y justo al final, cuando la voz de cajera de barrio advierte "Estimados cliente nuestro establecimiento cerrará sus puertas en breves instantes" sus manos alcanzan al infame ser de astas punzantes que la mira con una sonrisa pícara. Cuatro con noventa y cinco su precio, se paga y se guarda en bolsa de plástico con logotipo monotemático.

Un pie delante del otro, y un movimiento de caderas para derretir a quien le abre las puertas del coche y del final del laberinto de precios. Posa sus nalgas encarceladas en negro sobre la tapicería del coche y mira al frente, guardando entre sus muslos el cartón del Minotauro. El hilo musical le suena a cuatro con noventa y cinco, mientras que Teseo le hace la revisión pertinente.

Demasiado sumisa para negarse, demasiado oportunista como para negar las ofertas de la vida. Sólo un pequeño detalle más y volverá a repetir su aventura laberíntica el próximo fin de semana.

"Espero que al menos me hayas lavado el plato" : Ariadna

jueves, 29 de septiembre de 2011

~ La gentil ilusión ~

El universo ya se resume en estas venas de piedra. Cada noche me despierto soñando las mismas paredes, las mismas galerías. No sé cuándo empezó esta eternidad sin ventanas; no sé si acabará esta soledad sin espejos. Apenas vivo el día de hoy, pero no puedo olvidarme de lo que me pasará mañana. Por eso escapo. Recorro habitación por habitación, y no hay nada; recorro la repetición del vacío, esquivando la sombra que me cerca, rehuyendo la amenaza que me nombra: el único amparo que aún existe. Pero no hay salida. A veces, en la fuga, la melena se me engancha en una grieta y he de cortar con la boca. Otras veces, al descansar, una arista afilada me vierte la sangre de la mejilla. Nunca recupero esos rastros. Nunca nada está demasiado tiempo, ni huellas ni esperanzas; sólo él, por siempre él. Mora en el abominable Centro, a donde voy ahora, y su canción metálica resuena con furia por todo el mundo, hiriéndome con su letra de pesadilla. Sus hilos infinitos traman la red que me atrapará al final, dejando que los años me encuentren y me concluyan. Es un monstruo, dicen, pero alguna vigilia lo he sentido llorar. ¿Será acaso que tampoco es indiferente a este dolor que nos ata? ¿Será que Teseo, héroe de Creta, Señor del Laberinto, ya no quiere degollar más minotauros? Ojalá mi angustia hallase consuelo en esa gentil ilusión.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

¡Menú! [Semana 7]

¡De mitología va la cosa! Para esta semana propongo que cada uno escriba una historia corta que tenga como protagonista a uno de los monstruos  más famosos de las leyendas clásicas de la Antigüedad: el temible Minotauro cretense.

¡No perdáis el hilo, pretendientes de Ariadna!